A pesar de todo, decidiste luchar, mandándome una vez más al puto estómago donde miles de insectos patéticos revolotean causando miles de nauseas pasajeras que acaban en unas ganas tremendas de vomitar. Te desviaste por la zona pulmonar y allí conseguiste respirar, recuperar fuerzas y recolocarte. Jamás me ganarás, acepta la realidad. Tengo en mi poder el control de la mayoría de tus órganos, y es tan sólo cuestión de tiempo que consiga hasta tu propio consentimiento.
Aún así, mi curiosidad es por tu constancia de seguir en esas luchas sin sentido, creyéndote mentiras que a mí me son difíciles de aceptar; estás destrozando tu vida. Yo puedo esperar porque tengo como eje la racionalidad; el tuyo son sentimientos absurdos, ¿cuánto crees que podrás aguantar con vida...? Terminarás llorando sangre, implorando que me apodere de ti...Lo que no sabes es que jamás podrás arrebatarme el poder...
Será tu fin y, por ende, yo seré tu dueño, aunque debo de sobrevivir con esta maldita úlcera de estómago [...]
{AlmostÉlah.}
No hay comentarios:
Publicar un comentario