Aquí no hay mal si se paga con dinero, esa el triste y absurda realidad. Tu vida tendrá ese precio que aquel prójimo desee pagar por arrebatártela; aprende a valorarte desde cero. Mientras otros muchos mueren, tú estás con los pies en el suelo. Y pagas por el agua y por la luz que necesitas para poder vivir. Pagas por hablar a larga distancia. Tus funciones vitales tienen un precio que has de pagar y en eso se basa la democracia. Te bombardean con publicidad inútil, para que gastar sea tu única solución; triste, pero cierto. Tengo miedo porque este juego está a punto de llegar a su límite.
"Prefiero ser un animal antes que aceptar pertenecer a nuestra raza. Vergüenza me da, vergüenza me dais"
{Élahé}
No hay comentarios:
Publicar un comentario