Malviviendo. Más bien sobreviviendo. Mis pasos al fin y al cabo no son de acero como la soñadora que fui creyó más de una vez, pero sigo pisándote la yugular hasta que me canse de hacerlo; pero cállate porque nadie te ha pedido que hables. Escupo sangre, vomito palabras de rabia para intentar no atragantarme, la música me evade y no hay nadie capaz de frenarme ya. Y te atreves si quiera a juzgarme por quién soy y por lo que hago; lo sé, no soy nadie. Incapacidad para aclarar mi vida al alba, falta de aire en mi interior y latidos que ahogan hasta mis sentimientos más profundos...
"Y al despertar el quinto día se hizo el silencio, mi silencio..."
{AlmostÉlah.}
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